La duodécima edición de La Muestra–Concurso de cine ‘Visionaria, conceptos de isla’, organizada por la Asociación de cine Vértigo ya tiene las obras ganadoras.

Este año hemos vuelto a la presencialidad celebrando la exhibición y presentación de los 25 trabajos finalistas este lunes 4 de julio, en el Centro Cultural de la Fundación La Caja de Canarias (CICCA). En esta edición se invitó a los participantes a crear y reflexionar bajo el lema ‘¿Hemos cambiado?

El jurado de esta duodécima edición, que se reunió la semana pasada para el visionado, ha estado compuesto por:

Carla Rivero: Periodista de la sección de Cultura de 'La Provincia' y colaboradora en el medio 'Tripticum'. En este tiempo ha hecho cobertura local, social, tecnológica y feminista en los distintos espacios donde ha trabajado, entre ellos, la delegación andaluza de 'elDiario.es', 'El Salto Diario', la 'Revista 7iM', el diario digital ‘El Carnal’ o divulgación científica en el espacio ‘Pioneras’ de Radio Candelaria. En cuanto a su vertiente comunicativa, ha desempeñado funciones en el Gabinete de Comunicación de Cruz Roja Santa Cruz de Tenerife, la Oficina de Gestión de la Comunicación de la Universidad de Granada y el Departamento de Marketing Institucional y Comunicación Digital de la Universidad de Alcalá, además de participar en la estrategia de las elecciones de 2019 con el partido político CC-PNC. Es graduada en Periodismo por la Universidad de La Laguna y máster en Nuevos Medios Interactivos y Periodismo Multimedia por la Universidad de Granada. Cuenta con una beca de investigación por la UGR bajo el título “Hacia un enfoque transmedia del periodismo político: propuesta de análisis de expansión en web y redes sociales”, además de participar en el I Congreso Innovacom – Nuevos y viejos desafíos del periodismo.

Esther Muñoz: es una artista que se nutre de varias disciplinas. En 2004 finaliza sus estudios de Arte Dramático en la E.A.C - Escuela de Actores de Canarias. En 2006 se traslada a Barcelona para especializarse en Mimo Corporal, técnica Étienne Decroux, colaborando en varios espectáculos para Moveo Teatro Barcelona. En 2009 regresa a Gran Canaria y comienza a trabajar en diferentes disciplinas teatrales, creando también sus propios espectáculos. Al mismo tiempo, creó “El Bambalinón-Café Teatro”, donde se desempeñó como directora, productora y actriz. Desde 2014 es profesora de Mimo Corporal en la Escuela de Actores de Canarias, donde también forma parte del Equipo Directivo. También lleva tres años trabajando con su compañía Studi05 en el "Centro de Arte La Regenta”, en un espacio cedido por el Gobierno de Canarias para investigar diferentes líneas del lenguaje audiovisual y la performance a través del video-acting, el videoclip o los cortometrajes. A través del trabajo pedagógico, específicamente sobre la técnica de Etiénne Decroux, trata de guiar a los estudiantes en su proceso creativo y en cómo asumir una inquietud para convertirse en un canal de expresión a través de la interpretación del cuerpo.

Pablo Rodríguez: Estudia Periodismo en la Universidad Complutense, al tiempo que realiza cursos de cine. En 2007 filma en Senegal, junto a Antonio Bonny, el corto documental “Teranga”. De vuelta a Gran Canaria en 2008, Bonny y Rodríguez fundan Desenfoque Producciones, donde trabaja desde entonces como co-realizador, editor, productor y docente. En 2009 rueda “Miradas desde el África Occidental” (aunque no llega a estrenarlo), así como el corto “Sierra Leona, del drama a la Esperanza”. Al año siguiente realiza en Guatemala el documental “Los Hijos de Izabal”. Sus siguientes cortometrajes se centran en temáticas canarias: “Fernando Sagaseta, acción y compromiso” (2013), “Centenario del Real Club Victoria” (2014), “Canarias Amazigh, tras las huellas de los antiguos canarios” (2016), “Memoria indígena, tradiciones ancestrales canarias” (2022), etc. Es colaborador habitual en producciones de la Casa de Colón, el Teatro Cuyás o la Sala Insular de Teatro. También ha colaborado con ONGs y Fundaciones como la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), la Fundación Canaria Farrah para la Cooperación y el Desarrollo Sostenible, la Asociación Civitas o la Fundación Canaria para la Reforestación (FORESTA), entre otras.

Las piezas ganadoras de esta edición han sido:

Primer premio: Superhost de Marine Discazeaux y Víctor Ordóñez.
El jurado distingue por unanimidad con el Primer premio el corto ‘Superhost’, debido a una historia que destaca por su profundidad humana, así como por una estructura tanto de guion como de realización destacable. La historia, capaz de transmitir un esperanzador mensaje sobre el poder de transformación que es el amor, vincula el pacto intergeneracional y la lucha de una comunidad por pervivir en la memoria del barrio al margen de los desaires económicos de la sociedad actual. Una voz narrativa sencilla que desvela un mensaje complejo y comprometido.

Segundo premio: Kintsugi de Cristina Yurena Zerr Sarmiento.

El jurado distingue por unanimidad con el Segundo premio el corto ‘Kintsugi’ a razón de la contraposición entre el consumo y el cuidado del cuerpo, de cómo la evolución del tiempo en nuestra piel lucha contracorriente con el paradigma imperante. Así, con una impecable realización y tempo, embellece nuestras cicatrices y arrugas con el fin de dotar de voz a la transformación del ser y a la consecución de la identidad propia.

Premio Especial del Jurado: Una vuelta completa de Zhana Yordanova.
El jurado distingue por unanimidad con la Mención Especial el corto ‘Una vuelta completa’ por la contemplación de la evolución de la tecnología a través de la deshumanización. Es decir, la evolución involucionada. Con un original planteamiento de planos y contraposiciones en el que el sujeto va operando paulatinamente hacia objeto, describe un atisbo irresoluble del futuro de la humanidad en donde tecnología y organismo serán uno.

Premio Especial del Jurado: Eneagrito de Oscar Santamaría.

El jurado distingue por unanimidad con otra Mención Especial el corto ‘Eneagrito’, que destaca por la fuerza de las imágenes utilizadas en consonancia con la inteligencia artificial y la digitalización del arte que adquiere una fuerza inusitada mediante el estrés del color y el ritmo de la propuesta. La abstracción de la realidad es, al mismo tiempo, un recorrido fugaz que recoge la angustia y el frenesí de la vida.