22ª Semana de cine japonés

Cartel, diseñado por José Manuel Ramírez

La Semana de cine japonés es la actividad de divulgación de la cultura japonesa más asentada en Las Palmas de Gran Canaria. En este año gira en torno al tema ‘SHÔCHIKU: El crepúsculo de los dioses. Volumen 2’.

La 22ª edición de la Semana de cine japonés de Las Palmas de Gran Canaria, cuenta, un año más, con la colaboración de la Casa de Colón, Cabildo de Gran Canaria, donde se celebrará entre el 22 y el 26 de julio de 2024.

Las proyecciones, de carácter gratuito, tendrán lugar, de lunes a viernes, a las 19:30 horas. Como en anteriores ediciones, Aythami Ramos, crítico cinematográfico, escritor y Máster Universitario en Teoría e Historia de la Arquitectura por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona – Universitat Politécnica de Catalunya, será el encargado de presentar cada película y, el lunes, a las 18:00 h., impartirá la conferencia «Nieve de primavera. El modelo Shôchiku, o cómo Japón “inventó” el cine moderno».

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Tiempos modernos

A comienzos de la década de 1920, Nikkatsu seguía comandando el sistema de estudios japonés, aun cuando sus películas empezaban a resultar anticuadas entre un público urbano cada vez más afecto a los nuevos códigos narrativos y formales importados de Occidente. La era Meiji tocaba a su fin y las masas vislumbraron la llegada de un nuevo tiempo en las elaboradas narraciones fílmicas de Griffith, Gance o Lubitsch. Historias realistas en las que el montaje no se limitaba únicamente a empalmar escenas kabuki y shinpa sin mayores pretensiones. Dispuesta a recuperar el interés de aquellas clases populares ávidas de entretenimiento, la Shôchiku Kinema Kabushiki Kaisha —filial cinematográfica de una empresa de ocio propietaria de varias salas de teatro— emprendió a partir de 1924 la definición de un nuevo género que en los años de preguerra se erigiría en sinónimo de modernidad dentro y fuera de Japón: el shôshimin-eiga o “cine de gente corriente”.

Más que cualquier otra gran productora de su época, Shôchiku hizo suya la visión edulcorada de la vida moderna instaurada por la maquinaria de Hollywood, adaptándola a las particularidades del público nipón mediante un estudiado repertorio de imágenes y temas propios. El dramaturgo shingeki Kaoru Osanai, con sus renovadoras ideas escénicas importadas del teatro europeo, y, sobre todo, Shirô Kido, el legendario jefe de producción y artífice del Kamata-cho [sabor Kamata] que habría de distinguir a las películas realizadas en la compañía en las décadas siguientes, sentaron las bases de aquel modelo de cine que entre 1920 y 1936 cristalizó en el llamado “estilo Kamata” puesto en práctica por Yasujirô Shimazu, Hiroshi Shimizu, Heinosuke Gosho, Yasujirô Ozu y Mikio Naruse.

Con la sonorización del estudio y el traslado de la producción a Ofuna, Shôchiku inició un período de profundos cambios marcado por el trasvase de profesionales hacia los recién creados estudios Tôhô, aunque su posición de major se mantuvo en alza. Especialmente, tras la desaparición de Nikkatsu absorbida por Daiei a principios de los años 40. Acabada la guerra, Kido fue depurado por las Fuerzas de Ocupación a causa de sus actividades colaboracionistas, pero regresó en 1951 para seguir imponiendo su criterio al frente de la compañía. Sólo la crisis del sistema de estudios le hizo claudicar a los embates de la Shôchiku Nûberu Bâgu liderada por Nagisha Ôshima, Masahiro Shinoda y Kijû Yoshida, antes de refugiarse en la producción de comedias y películas familiares a finales de los 60. Su muerte en 1977 marcó el final de una era, pero también de un modo distinto de hacer cine. Un cine por y para la gente corriente. Un cine propio de tiempos modernos.

Aythami Ramos