Director: Julio Hernández Cordón.
Guion: Julio Hernández Cordón.
Fotografía: Jaiziel Hernández.
Montaje: Rodrigo Ríos.
Intérpretes: Fabiana Hernández Guinea, Francisco Barreiro, Graciela González, Alejandra Estrada, Julio Hernández Gordón.
Sinopsis: Un extraño autorretrato protagonizado por una niña que suplica que la dejen andar en bici sin restricciones. Acompañada por su padre que le susurra al oído historias del lugar, por un fantasma lleno de poesía y por una mujer lobo que toca el piano, intenta encontrar el lago de Texcoco.
Cordón realiza una arriesgada y poética propuesta, en la que gobierna la improvisación, y en la que los espacios, los edificios y, en definitiva, la arquitectura de la segunda mitad del siglo XX alcanza una importancia muy destacada. Considerada por muchos críticos como la película más personal de Julio Hernández Cordón, estamos ante un curioso autorretrato a dos voces, nostálgico y hasta desencantado, con el que el director rinde un sentido homenaje al lugar en el que nació. Cordón visita el cine de nuestra infancia y, por extensión, la infancia del cine. Jugar a creer.
Festivales y Premios:
FIDMarseille Festival International de Cinéma de Marseille (Francia).
FICUNAM — Festival International de Cine UNAM, Ciudad de México (México).
Mostra Internacional de Cinema de São Paulo (Brasil).
Festival Internacional de Cine de Gijón (España).
Film at Lincoln Center (EE. UU.).
Festival Biarritz Amérique Latine (Francia).
Black Canvas Festival de Cine Contemporáneo (México)
CRFIC — Costa Rica Festival Internacional de Cine (Costa Rica).
APERTURA IBÉRTIGO 2021
JULIO HERNÁNDEZ CORDÓN
Julio Hernández Cordón (Carolina del Norte, EE. UU., 1975). De padre mexicano y madre guatemalteca, pasó su juventud entre México, Costa Rica y Guatemala, trabajando como periodista y publicando un libro de relatos (Por el suelo, 2000). Estudió Ciencias de la Comunicación y Periodismo en Guatemala y Cinematografía en México.
Debutó en la dirección con cortos como Km 31 (2003) o Sí hubo genocidio (2005), anticipos de su primer largometraje, Gasolina (2008), incluido en Ibértigo 2010 tras ser premiado en Buenos Aires y San Sebastián. En 2009 formó parte de la Résidence de Cinéfondation del Festival de Cannes y con Las marimbas del infierno (2010) se atrevió con la no ficción, siendo premiado en Morelia y Toulouse. Retornó a la ficción con Polvo (2012), estrenada en Locarno y galardonada en Valdivia y Amiens. Ese mismo año presenta un trabajo de experimentación en FidMarseiile, Hasta el sol tiene manchas.
Locarno volvió a conseguir el estreno de su siguiente largometraje, Te prometo anarquía (2005), galardonado en Río o La Habana. Todos los grandes festivales internacionales se peleaban por cada una de sus obras, logrando Rotterdam el estreno de Atrás hay relámpagos (2017) y Cannes el de Cómprame un revolver (2018). Su trabajo más reciente, Se escuchan aullidos (2020), llega a Ibértigo tras su paso por São Paulo o Gijón.