Cien años de Ingmar Bergman, explorando su influencia.

La Asociación de cine Vértigo organiza en junio de 2018, en el CICCA de Las Palmas de Gran Canaria, Fundación La Caja de Canarias, el ciclo "La herencia de Bergman", en homenaje al guionista y director sueco, en el año del centenario de su nacimiento, con la proyección de trabajos de otros tres relevantes cineastas sobre los que dejó una profunda huella: Woody Allen, Martin Scorsese y Asghar Farhadi.

Los títulos seleccionados y sus fechas de proyección, en horario de 18:30 horas y con entrada libre, son:

  • Interiores de Woody Allen, 1978. (Lunes 4 junio 2018)
  • Toro salvaje de Martin Scorsese, 1980. (Lunes 11 junio 2018)
  • Nader y Simin, una separación de Asghar Farhadi, 2011. (Lunes 18 junio 2018)

La herencia de Bergman

Cada cierto tiempo, filmes y directores otrora mitificados pasan por el tamiz de nuevas hornadas críticas y son expulsados del olimpo en el que vivían plácidamente. Pero hay un puñado de nombres que no admiten discusiones, como es el caso Ingmar Bergman, maestro intocable de quien en 2018 se cumple el centenario de su nacimiento.

Medio mundo está rindiendo merecido tributo al genio de Upsala. ¿Pero cómo enfrentarse a una figura tan apabullante? Alguien con tanto talento, con una carrera tan larga y con una influencia tan grande se merece una retrospectiva integral, siempre que se tenga el espacio físico y temporal apropiado para mostrar sus más de sesenta trabajos realizados para cine o televisión. Asumida la imposibilidad de tal hazaña ¿nos atrevemos a seleccionar un puñado de obras? Horror de los horrores. ¿Cuál elegir? ¿Cuál no elegir? Sigamos apostando por la practicidad y pensemos en una forma alternativa de rendirle homenaje. Entonces, ¿qué tal si mostramos la profunda huella que Bergman ha dejado en generaciones de cineastas de todo el mundo? Vale, trato hecho.

Empecemos con uno de sus alumnos más célebres. Woody Allen recuerda con nostalgia la conmoción que causó en Brooklyn el estreno de Un verano con Mónica: "Creo que ahí nació su estilo poético, cuando el cine pasó de preocuparse del mundo exterior al interior, el primero en dotar de gramática a este nuevo lenguaje fue él.” Como apertura de este ciclo dedicado al legado de Bergman, qué mejor que Interiores (1978), una de las películas más bergmanianas de Allen, quien, atreviéndose a abandonar la exitosa senda de la comedia, apostó por un severo melodrama sustentado, como en el mejor Bergman, por un poderoso elenco de actrices.

Continuamos con Martin Scorsese, que al ser cuestionado sobre el origen de su devoción por Bergman dijo: “Si estabas vivo en los 50 o los 60, si eras un adolescente o un joven adulto y soñabas con hacer películas, era imposible no estar influido por Bergman.” Quizás por eso en el cine de Scorsese, al igual que en el del maestro sueco, resuenan con fuerza sobrehumana conceptos tales como el conflicto interior, la culpa o la redención. Basta con revisar una de las mejores obras maestras de Scorsese, Toro salvaje (1980), para darse cuenta de que tras lo que parece ser una película sobre un boxeador, se esconde un estilizado y vigoroso despiece del alma humana.

Y para cerrar el homenaje, un salto en el tiempo y en el espacio. Tras la descomunal repercusión que en todo el mundo tuvo Nader y Simin: una separación, su director, el iraní Asghar Farhadi, reconoció en una entrevista que era muy posible que la presencia de Bergman le hubiera influido inconscientemente a la hora de filmar el derrumbe de una pareja: “La primera vez que vi mi película, me di cuenta enseguida de que el emplazamiento de mi cámara en la primera escena era extremadamente similar al utilizado por Bergman en Escenas de un matrimonio. Debo reconocer que es uno de mis directores favoritos y tengo en muy alta estima cada uno de sus trabajos”.