La Asociación de cine Vértigo organiza en febrero y marzo de 2022, en el CICCA de Las Palmas de Gran Canaria, Fundación La Caja de Canarias, el ciclo "Shelley Winters. Mucho más que una actriz de reparto", para homenajear a la actriz estadounidense, de grandes registros dramáticos, ganadora de dos Oscar y otros grandes premios, y poseedora de una notable personalidad dentro y fuera de la pantalla.
Los títulos y sus fechas de proyección, en horario de 18:30 horas y con entrada gratuita*, son:
“Un lugar en el sol”, de George Stevens, 1951. (Lunes 7 de febrero)
“La torre de los ambiciosos”, de Robert Wise, 1954. (Lunes 14 de febrero)
“La noche del cazador”, de Charles Laughton, 1955. (Lunes 21 de febrero)
“Un retazo de azul”, de Guy Green, 1965. (Lunes 7 de marzo)
“Alfie”, de Lewis Gilbert, 1966. (Lunes 14 de marzo)
“¿Quién mató a tía Roo?”, de Curtis Harrington, 1972. (Lunes 21 de marzo)
“La aventura del Poseidón”, de Ronald Neame, 1972. (Lunes 28 de marzo)
Consulta o descarga el folleto: [pdf]
Shelley Winters
Nacida Shirley Schrift en St. Louis, en 1920, Shelley Winters sin embargo se crio y comenzó a trabajar en Nueva York, a donde muy pronto se mudaron sus padres, emigrantes judíos de orígenes ucranianos. Su interés por la actuación surgió muy temprano, quizás estimulado por su madre, a quien durante su infancia vio ocasionalmente actuar como cantante aficionada de ópera. En seguida participó en obras teatrales en el colegio y el instituto, así como en compañías de verano, combinando su pasión por el teatro con varios trabajos, entre otros, como dependienta en Woolworth, para poder pagarse clases de interpretación.
A finales de los años treinta participó en la operación de casting que montó la MGM para encontrar a la actriz que encarnase a Scarlett O'Hara en Lo que el viento se llevó, y se encontró con George Cukor, quien no solo la animó a que continuara con las clases de actuación, sino que posteriormente jugaría un papel determinante en su carrera. Poco después, en 1941, debutó en Broadway, en la comedia "The Night Before Christmas", a la que siguió su participación en la opereta "Rosalinda" (1942). Esto condujo a que en 1943 firmara un contrato con Columbia, a razón de 150$ semanales, que la llevó a participar en pequeños papeles, la mayoría eliminados en la sala de montaje o sin acreditar, salvo en unas pocas ocasiones, sobre todo cuando actuó cedida para la United Artists. Dado que su carrera cinematográfica no terminaba de alzar el vuelo, continuó recibiendo clases y actuando en teatros y clubs nocturnos, hasta que se reencontró con Cukor, quien le ofreció un pequeño -pero crucial- papel en el thriller Doble vida (1947), a la par que ese mismo año consiguió ser incluida en el elenco de la obra "Oklahoma!".
A partir de ese momento demostró que no era solo la rubia simple y sensual, tal y como estaba encasillada hasta entonces, sino que sabía actuar, con lo que firmó un contrato de siete años con la Universal, y encadenó varios papeles secundarios relevantes en otras tantas producciones, casi siempre interpretando a víctimas que no llegaban al final de la película, como en Una vida marcada (1948), El gran Gatsby (1949), Winchester'73 (1950) y, sobre todo, en Un lugar en el sol (1951), papel que le valió su primera nominación al Óscar y a ver como su nombre se encaramaba en lo alto de los repartos.
A pesar de los éxitos, Winters también sufrió en sus propias carnes lo difícil que resulta en Hollywood desembarazarse de los tópicos. Así, tuvo que soportar que se sucedieron papeles en producciones con muy poco o ningún interés, que abundaban en encasillarla como una rubia vulgar, que invitaba a ser martirizada, bien fuera como corista, alcohólica, cazafortunas o prostituta. Con este panorama, y tras participar en la excelente La noche del cazador (1955), Winters decide volver al teatro y retoma sus clases, esta vez en el Actor's Studio, de Lee Strasberg, hasta que en 1959 regresa al cine cambiada, convertida en una actriz fuerte y de carácter en El diario de Ana Frank, por la que ganó su primer Óscar.
Ya con una reputación a prueba de balas, pero también con sus eternos problemas de peso, Winters parece especializarse en representar madres horribles y desnaturalizadas o madames, desde Lolita (1962) hasta culminar en la despreciable madre prostituta y racista que interpreta en Un retazo de azul (1965), por la que volvería a ganar su segundo Óscar.
Desde entonces su carrera se diversifica, sigue actuando en todo tipo de producciones, desde Mamá sangrienta (1970) a La aventura del Poseidón (1972), pero también bajo las órdenes de prestigiosos directores (como Mazursky, Polansky, Monicelli, Blake Edwars o Jane Campion), si bien no cesa de ampliar horizontes y escribe dos libros autobiográficos, así como nunca abandona el teatro y retoma su carrera televisiva, donde -salvo unas pocas apariciones puntuales- concluiría (Roseanne).
Shelley Winters fue una pionera, una actriz con una enorme carrera, arriesgada y polifacética, que supo conservar y mantener a lo largo del tiempo, y que nunca estuvo limitada al cine, pues la compaginó con el teatro, la televisión y episódicas actuaciones en Europa. Además de todo esto, fue una mujer enormemente comprometida con diferentes causas, como la feminista, la judía y la antirracista.
* Entrada gratuita. Imprescindible adquirirla previamente:
1.- Online: en cualquier momento, accediendo a la plataforma Tomaticket, en la página: https://bit.ly/3wczKXN
2.- En taquilla de lunes a viernes, de 9 a 13:30 h. y de 17:30 a 21 h.
La tarde en la que se proyecta la película no se puede retirar invitaciones ni se permitirá la entrada a aquella persona que no haya retirado invitación previa.