La Asociación de cine Vértigo organiza en abril de 2023, en el CICCA de Las Palmas de Gran Canaria, Fundación La Caja de Canarias, el ciclo “John le Carré: novelista, guionista, productor y espía”, homenajeando así, en el mes del libro, al célebre escritor británico cuyos textos han sido fuente e inspiración de numerosas películas.
Los títulos y sus fechas de proyección, en horario de 18:30 horas y con entrada gratuita, son:
“El espía que surgió del frío”, de Martin Ritt, 1965. (Lunes 3 de abril)
“La casa Rusia”, de Fred Schepisi, 1990. (Lunes 10 de abril)
“El jardinero fiel”, de Fernando Meirelles, 2005. (Lunes 24 de abril)
Consulta o descarga el folleto: [pdf]
John le Carré:
novelista, guionista, productor y espía
El cine y la literatura siempre han ido de la mano. Desde los comienzos del cine se han adaptado obras literarias a la gran pantalla, como ejemplo Los 4 jinetes del apocalipsis basada en una novela del escritor valenciano Vicente Blasco Ibáñez y protagonizada por el ídolo de masas del cine mudo Rodolfo Valentino en 1921, pero, sin lugar a duda, es John le Carré, recientemente fallecido, uno de los escritores británicos que cuenta con más adaptaciones cinematográficas. Nunca ha escrito un guion original y siempre ha exigido en sus adaptaciones que se respeten las características propias de cada historia donde el espionaje y la política se mezclan con dramas personales y sociales.
Todo el mundo piensa que el novelista ha sido espía pero su vida corre paralela a la escritura de sus libros. Fue estudiante universitario en varios centros importantes de su país y durante cuatro años perteneció al cuerpo diplomático, donde aprendió los complejos y a veces crueles entresijos de la Guerra Fría y la posterior caída de la URSS. Sus novelas, como posteriormente se verán reflejadas en sus películas, están protagonizadas por personajes complejos y oscuros, concentrados en un ambiente donde saber mentir y escuchar resulta importante, y en las que muestra al servicio secreto británico como una organización sin piedad, incluso para sus propios participantes.
La obra de John le Carré es un material puramente cinematográfico y ha sido muy fácil mantener su esencia en el salto del papel tanto a la gran pantalla como a la pequeña en donde también ha obtenido el favor del público con muy buenas adaptaciones. Sus historias de espías dan mucho juego en el cine y desde un principio se vieron como un material prácticamente listo para disfrutarla en ella.
La primera de las adaptaciones de sus novelas fue la que Martin Ritt realizó en 1965 de El espía que surgió del frío, dos años después de su publicación. Fue el primer éxito de ventas de Le Carré, y su fiel traslación al cine se convirtió inmediatamente en un clásico cinematográfico, apoyado en la magnífica interpretación del siempre grande Richard Burton, que fue nominado al Óscar por su trabajo.
Un año después, Sidney Lumet dirigió Llamada para un muerto (1966) a la que siguió, décadas después, La chica del tambor (1984), esta última también tiene una adaptación televisiva más reciente.
En 1990 le tocó el turno a La Casa Rusia, con Sean Connery y Michelle Pfeiffer, y con guion de Tom Stoppard, que fue una digna adaptación.
En 2005 llegó la película más recordada de las basadas en las novelas del escritor británico, El jardinero fiel, centrada en las intrigas de la industria farmacéutica. Este filme supuso el estreno del brasileño Fernando Meirelles en el cine internacional después de su gran éxito Ciudad de Dios. Las interpretaciones de Ralph Fiennes y Rachel Weisz, que recibió el Óscar por su interpretación en esta película, el espectacular tratamiento cromático y la bellísima partitura del español Alberto Iglesias, que también fue nominado a la estatuilla dorada, garantizaron la calidad de este filme. Además, por primera vez, un guion basado en material del escritor recibió una candidatura a los premios de la Academia de ese año. Posteriormente, se han adaptado otros libros suyos aunque ya sin la guerra fría como leit motiv.
El propio escritor resaltó que «Es posible que con la caída del Telón de Acero los espías hayan perdido fuerza en términos de relato, pero siguen ahí. En el mundo siempre habrá espías», pero la única diferencia es que los espías en la actualidad «no se mueven por ideales sino por dinero».