Dirección: Mikio Naruse.
Guion: Sumie Tanaka.
Fotografía: Shigeyoshi Mine.
Montaje: Toyo Suzuki.
Dirección Artística: Mikio Naka.
Música: Ichirō Saitō.
Productora: Daiei.
Interpretación: Hideko Takamine, Mitsuko Miura, Kyōko Kagawa, Chieko Murata, Jun Negami, Eitarō Ozawa, Kumeko Urabe, Chieko Nakakita, Hisako Takihana.
Sinopsis: Kiyoko, una joven guía turística de Tokio, es la menor de una familia de cuatro hermanos, todos ellos fruto de diferentes padres. Nuiko, la más ambiciosa, humilla a su marido Ryuzo mientras mantiene un relación adúltera con Tsunakichi, dueño de una próspera panadería, quien a su vez pretende casarse con Kiyoko. Mitsuko, ejemplo de mujer tradicional, descubre al poco de morir su esposo que éste tuvo un hijo ilegítimo con otra mujer, la cual la chantajea por medio del niño a sabiendas de que la prematura viudedad la ha dejado cargada de deudas. Por último, Kazuke es un ex-combatiente que pasa la mayor parte del tiempo holgazaneado y jugando al pachinko. O-Sei, la matriarca del clan, trata de mediar con torpeza en los incesantes conflictos familiares, motivados en gran medida por el deseo de todos de hacerse con una parte del seguro de vida contratado antes de fallecer por el marido de Mitsuko. Pero Kiyoko, que admira la independencia de su inquilina y amiga Katsura, desprecia la mezquindad de sus hermanos y sueña con poder escapar algún día del asfixiante clima de su hogar.
AFORO LIMITADO. ENTRADA GRATUITA CON INSCRIPCIÓN. +INFO: AQUÍ.
Reseña: Los azares del sistema de estudios condujeron a Naruse a prestar ocasionalmente sus servicios a una empresa rival, la Daiei, justo cuando dicha compañía iniciaba su etapa de máximo esplendor gracias al inesperado “efecto Rashōmon”. La buena acogida de El almuerzo propició, sin embargo, que el cineasta pudiese contar de nuevo con Sumie Tanaka para acometer una segunda adaptación sobre la obra de Hayashi. En esta ocasión, con Hideko Takamine como protagonista, con quien Naruse había trabajado once años antes en la ya olvidada Hideko, cobradora de autobus [1941]. La actriz, que había iniciado su carrera como estrella infantil en el período mudo antes de convertirse en una de las primeras intérpretes freelance de la industria nipona, gozaba por aquel entonces de una enorme popularidad gracias a su reciente papel en la película Carmen vuelve a casa [1951], la primera producción japonesa rodada en color. Un éxito que se afianzaría tras el estreno en salas de El relámpago. En efecto, de la mano de Keisuke Kinoshita y el propio Naruse, su expresivo rostro acabó convirtiéndose en todo un icono del cine japonés de posguerra. Inseparable del imaginario del cineasta, pero también de la figura de Fumiko Hayashi, a la que años después encarnaría en la biográfica Diario de una vagabunda [1962].
Tal como había ocurrido con El almuerzo, Tanaka y Naruse tuvieron que atemperar el tono apesadumbrado de la autora para adaptar el texto original a los convencionalismos menos pesimistas del melodrama shomin-geki. En primer lugar,actualizando el contexto histórico de la narración escrita por Hayashi en 1935, esto es, trasladando la problemática de la atarashii-onna desde el marco imperialista de preguerra al de la todavía joven y –no lo olvidemos–impuesta democracia; y en segundo lugar, atenuando la presión familiar sobre la protagonista Kiyoko, marcada desde su nacimiento por la condición de hija ilegítima, y cuya obligación moral de casarse constituía en un principio el eje central del relato. Abocados al advenimiento de una nueva era, el conflicto ya no se sitúa, pues, en el peso del estigma y el cumplimiento forzoso de las rígidas normas sociales, sino en el retrato incisivo de una familia desestructurada cuya decadencia contrasta con las posibilidades de futuro que se abren ante la mujer nipona tras las reformas de la Ocupación. Un horizonte lleno de esperanza, pero también de soledad e incertidumbre lejos de la protección que antaño proporcionaba a los japoneses la solidez del estamento familiar.
Aythami Ramos