Febrero en el CICCA: Los márgenes de Hollywood en la postguerra

La Asociación de cine Vértigo organiza en febrero de 2025, en el CICCA de Las Palmas de Gran Canaria, Fundación La Caja de Canarias, el ciclo “Los márgenes de Hollywood en la postguerra”.

Los títulos y sus fechas de proyección, en horario de 18:30 horas y con entrada gratuita, son:

Consulta o descarga el folleto: [pdf]

Paul Henreid en “La cicatriz” (1948)

Los márgenes de Hollywood en la postguerra

Una vez concluida la 2ª Guerra Mundial, el cine norteamericano continuó su negocio como siempre, imperturbable ante las consecuencias económicas y sociales del conflicto bélico. El modelo de exhibición, estructurado alrededor de un sistema de bloques (una peli de serie A, con estrellas y mayor presupuesto, una peli B o independiente para completar el programa doble, más corto educativo o de animación, noticiario, tráileres, el obligatorio “visite nuestro bar” ... y ya tienen la tarde echada), estaba aún en pleno funcionamiento. Las majors (fundamentalmente las Cinco grandes, MGM, WB, Paramount, Fox y RKO) por sí solas no daban abasto para nutrir la insaciable necesidad de títulos con los que pertrechar las salas (eran tiempos en que la televisión aún buscaba consolidar su posición cardinal en el salón de los estadounidenses y la radio era todavía la principal competencia), y en ese sistema se colaban producciones de estudios pequeños (entre ellos los de Poverty Row, como Monogram o PRC) o en pleno proceso de robustecimiento (Columbia, Republic, Universal), pero también independientes, títulos regionales, directores que financiaban su propio cine y muchas otras producciones con las que distraer a las masas. De ahí también la menguada duración de prácticamente la totalidad de tales títulos, concebidos como complementos o programmers.

Ese otro “Hollywood” de aquel momento histórico concreto fue, asimismo, la más frecuentada puerta de acceso para aquellos cineastas migrantes que no eran un Fritz Lang, es decir, no tan conocidos en EE. UU. Y que debían pagar el peaje del cine pequeño antes de acceder (no en todos los casos) a las producciones de los grandes estudios. La huida derivada del ascenso al poder de los nazis provocó la conocida migración austro-germana, pero fueron legión los cineastas europeos que recalaron en California y trajeron en sus maletas savia nueva en la forma (fundamentalmente) y un cierto fatalismo propio del Viejo Mundo, que caló con fuerza en diversos géneros, especialmente el noir, pero también en otros como el terror o el western. La escasez de medios propia de tales producciones "marginales", unida a la consabida celeridad, aguzaba el ingenio y permitía abordar temáticas espinosas con menor riesgo. Esa Edad de Oro de la (mal llamada) serie B tenía prácticamente sus días contados, pero antes de ser fagocitada por los conglomerados y la pequeña pantalla (que se convertiría rápidamente en el destino de buena parte del cine de género(s), convertido en series de rápida factura, consumo masivo y rentabilidad económica asegurada... hoy como ayer), nos legó un marea de obras que, con pequeñas digresiones, cuestionaba el Modelo de Representación Institucional y en las que el buen degustador de cine se puede zambullir con placer redoblado.

Les ofrecemos, pues, la posibilidad de saborear cuatro de esos títulos de cineastas que cruzaron el charco (Ulmer, Maté, Reinhardt y Sekely) y supieron encontrar su sitio en los desvíos de la norma, escapar sin cicatrices de las mareas altas de la industria y, pese a tener sus horas contadas debido a las incesantes reinvenciones del negocio, dejarnos un legado apasionante de cine anómalo que, a décadas vista, constituye un descubrimiento constante.